domingo, 7 de diciembre de 2008

La web es un enorme cementerio

¿Qué es lo primero que hace alguien al planear sus vacaciones o viaje de negocios? Desde hace algunos años, la mayoría de los viajeros va a su computador y busca en Google acerca del lugar de destino, tal vez encuentren un dato que valga la pena, pero lo más probable es que terminen desilusionados y la mayoría de la información resulte ser propaganda, inútil para sus necesidades. Mientras tanto, en la ciudad de destino miles de empresas, especialmente las pequeñas, no venden lo suficiente porque nadie las conoce. La comercialización es el peor problema en las pequeñas empresas, hay algo que no se está usando efectivamente y perjudica a ambos.

Aunque Internet tiene un enorme desarrollo técnico, la generación de contenidos se ha quedado atrás por falta de capital humano. Por eso la web es como un enorme cementerio, repleto de sitios que a nadie interesan y que sólo son visitados por accidente durante unos pocos segundos. Interés es la palabra clave, si hablamos de turismo a nadie le interesará una web que diga que cierto hotel es maravilloso o que un restaurante es el mejor de la ciudad, esa clase de propaganda no funciona en Internet, pero se sigue gastando plata fiscal y privada en hacer páginas de ese estilo, aunque nadie las visite.

La gente busca información que le sirva, no simple propaganda ni un elaborado diseño gráfico. Quieren soluciones, no panfletos ni obras de arte, lo que implica tener información masiva y actualizada de precios, facilitar reservas y medios de pago, saber qué se puede hacer en la ciudad, dónde encontrar lo que necesitan y cuánto le va a costar. Esto no es posible en una web tradicional pero si con un diseño descentralizado, donde cada empresario actualice día a día su propio blog comercial.

Esos empresarios se deben capacitar para aprender como se vende en Internet, qué es lo efectivo, qué no lo es y deben convencerse que publicar sus precios es bueno.
Es increíble que se hayan gastado tantos millones en dar conexiones y comprar notebooks para las escuelas, sin preocuparse de los contenidos y el software.

Mientras no se invierta en generar sitios con contenidos de calidad, no existiremos en Internet, farreándonos la posibilidad de ser los primeros en usar efectivamente esta tecnología. Así como las calles se siguen llenando de basura, en el gran cementerio de la web también se amontonan los sitios basura. Nadie parece darse cuenta de la oportunidad que nos estamos perdiendo por no invertir una fracción de lo que se gasta en conectividad en la educación de los empresarios y la generación de buenos contenidos. Como en tantas otras cosas, se habla mucho pero se hace poco.

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