sábado, 7 de mayo de 2011

La suerte de ser ariqueños

Me he pasado todo el año quejando y reclamando por los problemas de la ciudad. Pero ahora que se acerca el 2009, creo que es un buen momento para hacer un balance con las ventajas de vivir en Arica.

Arica debe ser una de las ciudades menos clasistas de Chile, no hay grandes diferencias entre ricos y pobres, la gente no gasta pequeñas fortunas en vestirse, y un auto de lujo no llama la atención a nadie. Casi no existen los barrios peligrosos tan comunes en otros lugares de Chile, tampoco existen los bunker exclusivos de los ricos. A los que tienen buena situación, por lo general no les gusta ostentar y el arribismo, si existe, es mucho menor que en otros lugares de Chile.

Por nuestra posición geográfica tenemos un constante tráfico de extranjeros, por eso tenemos menos prejuicios y somos menos provincianos que nuestros compatriotas del sur. Todavía somos una ciudad lo suficientemente pequeña como para tener muchos amigos y conocidos. El Paseo 21 de Mayo es un gran invento donde miles de ariqueños salen a dar una vuelta, a tomar un café, una cerveza, o sólo a conversar. Los que vienen de otras partes se asombran de ver tanta gente desocupada en horas de trabajo y es porque en Arica hay pocos asalariados, la mayoría nos ganamos la vida de manera independiente.

No tenemos alacranes venenosos, tiburones, serpientes ni caimanes, tampoco mosquitos que transmitan enfermedades. No hay huracanes, ni siquiera lluvia, no hay frío excesivo ni calor espantoso, fuimos bendecidos con un clima casi perfecto. Tampoco tenemos parquímetros y ojalá que jamás los tengamos. La delincuencia es comparativamente baja, el costo de vida es también bajo respecto del resto de Chile. En una hora y media, por el equivalente a dos pasajes de taxi, o menos, podemos ir al extranjero, viajar a Tacna no cuesta casi nada.

En Arica es posible salir del trabajo a mediodía, ir a la playa y luego volver a trabajar, todo queda a pocos minutos en auto. Es el lugar soñado para hacer deportes todo el año como el ciclismo, correr o jugar al fútbol. Pero lo más importante, en Arica es donde tenemos a nuestros amigos y gracias al relajado ritmo de vida podemos socializar a gusto con ellos.

Y así, podría llenar páginas con puras cosas buenas porque nos sobran, la calidad de vida en Arica es objetivamente mejor que en gran parte del mundo. En cualquier lugar se puede vivir bien con mucho dinero, la gracia de Arica es que se puede vivir bien con muy poco y no hay muchos lugares así en el mundo. Así pues, mis amigos, este año nuevo olvidemos los problemas, que son muchos, y en cuanto den las doce, salgamos a la calle con una copa en la mano a celebrar nuestra increíble suerte de ser ariqueños.

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