viernes, 13 de junio de 2008

No más animitas por favor

Es probable lo que voy a escribir no le va a gustar a algunos, pero alguien tiene que decirlo. Resulta que desde hace unos años en la ciudad han ido proliferando las animitas en recuerdo a personas que mueren trágicamente en la vía pública, lo malo es que ya no son las discretas cruces que conocíamos antes, sino que han ido creciendo en tamaño y mal gusto, muchas del porte de una pieza o construídas de material sólido con cerámicas y una vitrina con recuerdos de los seres queridos. Sé que es una muestra de cariño, una tradición popular y a nadie molesta una pequeña cruz al borde de la vereda, pero creo que a algunos se les ha pasado la mano. Además de ser ilegales pues ocupan un importante espacio de calles y paseos, son un atentado contra el turismo y el paisaje urbano.

Llenas de flores artificiales, fotografías y recuerdos, se han ido tomando calles y paseos. Con las animitas ha ocurrido algo común de otras expresiones populares invasivas como los graffitis o la propaganda informal, que parten a pequeña escala, y luego van invadiendo espacios crecientes hasta transformarse en una agresión al paisaje. En las costaneras, lugares turísticos por excelencia aparecen cada día más animitas ¿que pasará si se siguen llenando de estas construcciones cada vez más grandes, una al lado de la otra?

Y seamos francos, mucha gente muere cada año o quedan lisiados por culpa de conductores borrachos. Muchas veces hay adolescentes que andan en el auto del papá y se creen inmortales, ¿no sería lógico mantener el decoro cuando hay una tragedia de esas?. Si pensamos que esos comportamientos antisociales no son deseables, lo lógico sería no permitir ninguna clase de ostentación que las glorifique. Nadie niega el derecho a recordar a las víctimas, pero si quieren expresar su dolor que vayan al cementerio, donde corresponde, no haciendo ostentosas construcciones en plena vía pública.

Es cosa de todas las noches ver los autos “tuneados” en loca carrera, conducidos por choferes borrachos y hay varias animitas de personas que murieron manejando o inocentes atropellados. Los deudos tienen perfecto derecho de recordar a esas personas privadamente, pero invadir la calle con grandes construcciones me parece un abuso contra la ciudad y su gente. Y las autoridades, que son tan celosas para hacer cumplir algunas leyes, deberían hacer su trabajo con el mismo celo, desinstalando con el debido respeto todas las grandes animitas, que atentan contra el urbanismo y la vocación turística de nuestra ciudad. Por favor, no más animitas, porque para eso están los cementerios.

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