lunes, 2 de junio de 2008

Un ariqueño ejemplar

Es junio y Arica está de cumpleaños, que mejor momento para recordar al ariqueño ejemplar que fue Juan Guillén Canales. Hubo un tiempo en que Arica era un bote donde todos remaban para el mismo lado, cuando tener un puesto de autoridad no significaba asegurarse el porvenir económico, y cuando los intereses de los partidos políticos quedaban de lado al tratarse del futuro de la ciudad. No se mantenían lealtades personales ni partidarias para provecho propio, y aunque a los más jóvenes les cueste creerlo, hubo una época en que la actividad política era un servicio más que una serie de privilegios.

Juanito Guillén fué de esa época. Luego todo se arruinó y el sistema de dinastías políticas lo dejó fuera de escena, pero el siguió apoyando las causas de la ciudad como simple vecino. Dedicó años de su vida al Club de Deportes Arica, al que nunca le perdió la fe a pesar de los problemas y desilusiones, no había evento ciudadano donde no estuviera en primera línea para colaborar: centros de madres, juntas de vecinos, los hijos de Arica, ex-ferroviarios, siempre ayudando sin otro interés que el deseo de cooperar. Era un ariqueño de otro tiempo, quijote y caballero, que murió sin un peso en los bolsillos pero multimillonario de amigos. Su herencia fué la reputación de hombre bueno y servicial. Fue un líder nato y positivo porque tenía ideales muy por encima de la ambición personal, estuvo en la política siendo regidor por el Partido Liberal durante dos períodos y nunca se le conoció una actitud sectaria, oportunista o prepotente en la que caen tantos de los que ingresan a la política. No nos olvidemos de este gran ariqueño ni de su ejemplo, la ciudad necesita mantener vivo su recuerdo.

Ahora se vienen las elecciones municipales y las ambiciones personales apenas se disimulan, se ofrecen puestos de trabajo y toda clase de privilegios a cambio del voto, los activistas cobran sueldo como cualquier obrero, las promesas suenan falsas y tristes confrontadas con la realidad. Todos soospechamos que lo que realmente se juega son beneficios personales. Buen momento para recordar a Juan Guillén y reflexionar como llegamos a esto, que pasó y en que momento se perdió el rumbo. Arica necesita más que nunca políticos de bajo presupuesto, capaces de vivir modestamente con su sueldo, sin ostentaciones y dedicados a trabajar por la ciudad: no es demasiado pedir, solo un poco de honradez, sobriedad y dedicación por Arica. A ver si alguno de nuestros candidatos se atreve a romper el círculo vicioso del “como voy yo ahí” y sigue el ejemplo de Juan Guillén, que tanta falta nos hace.

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