domingo, 11 de mayo de 2008

No hay subsidio que dure cien años

Finalmente, cerró la planta de General Motors, el último bastión del barrio industrial, dejando a más de 500 personas sin empleo. Dicen que la economía local está generando 500 empleos mensuales. Nunca está demás un poco de humor en medio de tanta tragedia, porque si consideramos que el INE define como empleado al que ha tenido a lo menos una hora de trabajo remunerado en la semana recién pasada, vemos que como chiste no podría ser más triste.

Era lógico, fuertemente subsidiados durante décadas, tenía que llegar el día en que les cortaran el agua. Los que vivimos el colapso del barrio industrial, sabemos lo duro que va a resultar, especialmente para los que han hecho carrera en la empresa. Aunque el mal de muchos es consuelo de tontos, General Motors ha debido cerrar plantas y despedir a miles de sus empleados en Estados Unidos. Los estados de Michigan y Ohio conocen de primera mano estos problemas y allá sí que es duro quedar cesante.

La planta Arica de General Motors deja a una cantidad importante de pintores, operarios mecánicos y administrativos muy bien calificados. Todos ellos tendrían buenas posibilidades, si en nuestra ciudad existiese inversión y actividad económica. Ojalá que puedan recolocarse en las mineras y sus contratistas. No será lo mismo, pero ya nada es lo mismo.

Los que llevamos años en Arica recordamos con nostalgia al antiguo barrio industrial y sus miles de personas con trabajo estable y bien pagado. Pero seamos francos, era todo una ilusión, pagada con creces en términos de pobreza y bajo crecimiento. Cuando Chile tenía un modelo de sustitución de importaciones, era uno de los países más pobres de América latina.

El problema de fondo no se solucionará con más empleos de emergencia, ni reconversión laboral al estilo de Lota, menos manteniendo los subsidios indefinidamente. La verdadera solución es que existan empresas rentables en lo que ya somos competitivos, para que con las ventas alcance para pagar sueldos y además dar ganancia.

Mucho más eficiente que inventar nuevos subsidios es ver cuáles son las actividades que generan negocio y no están explotadas a plena capacidad. Basta mejorar lo que anda mal con nuestras ventajas naturales. Eso es lo lógico, en lugar de estar soñando con nuevos barrios industriales y subsidios. Porque no hay subsidio que dure cien años, ni país que lo aguante.

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