domingo, 11 de mayo de 2008

¿Por qué no reciclamos?

Arica tiene grandes problemas con la basura, y no creo que valga la pena entrar en la guerra de recriminaciones. Sin embargo, botamos todos los días cantidades de material potencialmente valioso que no se recicla por no tomarse el trabajo de separarlo (papel, cartón, plásticos, vidrios, metal y muchas otras).

Sacar provecho de la basura parece una idea muy interesante. Y por qué no reciclar también las ideas, las viejas rivalidades y querellas que se arrastran hace años, que equivalen a la basura mental de nuestra ciudad y que mantienen a todos desunidos, tratando de sacar su pequeña ventaja a costa del desprestigio y la ruina del vecino. Esta basura mental, como su equivalente físico, se acumula y cubre a la ciudad como una peste. Impide que se haga proyectos, porque siempre aparece alguien preocupado de que "el enemigo" vaya a ganar prestigio. Así, Arica vive paralizada en medio de acusaciones y querellas.

Como pronto vienen elecciones municipales, ¿por qué no reciclar esa basura mental y competir en buena ley, presentando proyectos? Además de los fondos regionales, está lleno de fondos concursables de nivel nacional, con plata que se podría aprovechar para impulsar negocios, el turismo, la limpieza y creación de mejores espacios públicos. Los potenciales candidatos tienen acceso a instituciones que se podrían beneficiar con esos proyectos. No costaría mucho que en lugar de promesas, maquetas o perfiles muy someros, los candidatos llegaran a los concursos nacionales con su proyecto completo, para competir por cosas concretas y valiosas para Arica.

En una competencia de esa clase, hasta los que pierden dejarían su aporte. Como estarían ocupados promoviendo sus proyectos, no habría tiempo ni ganas de andar espiando, acusando o promoviendo peleas.

Hubo una época en que los ariqueños remaban para el mismo lado, dejando diferencias políticas y ambiciones de figuración personal; cuando se trataba de conseguir cosas para la ciudad. Esa también fue la época de oro, cuando Arica era la ciudad más pujante de Chile. Ahora, en cambio, es como un bote que gira en círculos y no llega a ningún lado, porque cada cual rema para donde le conviene.

Qué bueno sería que recicláramos, no sólo la basura del vertedero, sino también la basura mental de las ambiciones y el personalismo, que es el peor problema que enfrenta la ciudad y causa de la mayoría de los demás problemas.

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