domingo, 11 de mayo de 2008

Pequeñas ideas para el turismo

Mejorar la oferta turística en Arica no es difícil. Sin necesidad de leyes milagrosas ni grandes inversiones, que jamás se materializan, hay pequeñas cosas de sentido común, que pueden ayudar a transformar a la ciudad en un lugar mucho más atractivo para el visitante. Algo obvio es alargar la hora de cierre de los locales nocturnos. Obligarlos a cerrar a las 4 A.M. perjudica a los locales serios como casino, discos, boites, y conviene a los clandestinos que siguen funcionando a puerta cerrada. Es una regulación contraproducente, que no sirve para lo que fue pensada y causa un daño inadvertido a la oferta de la ciudad. La solución es muy simple y basta que el Concejo Municipal se ponga de acuerdo y elimine esta restricción, como se ha hecho en varias ciudades turísticas del país.

Otra medida sencilla y necesaria es un sistema simplificado para otorgar visa temporal a turistas de Estados Unidos y Europa. Porque hay muchos interesados en hacer turismo de larga estadía, de un año o más, lo que es valioso para la ciudad en muchos sentidos. Para ello necesitan una visa que les permita contratar Internet, abrir cuentas corrientes y todo lo necesario en una estadía prolongada. Tal como no les ponen problemas para renovar la visa de turista, la residencia temporal debería ser un trámite simple, fácil y rápido, para lo que sólo es necesaria la buena voluntad de la oficina regional de Extranjería. Es absurdo dar el mismo tratamiento al obrero que viene de un país pobre a buscar trabajo que a un turista que viene de Estados Unidos o Europa a quedarse por una temporada larga.

Son cosas sencillas, pero nadie las hace. ¿Es que a nadie se le ha ocurrido que los problemas no son por falta de leyes sino por exceso de regulaciones? Por un lado, todos hablan de la vocación turística de la ciudad y de lo necesario que es mejorar nuestros servicios, pero falta hacer cosas prácticas e inmediatas. Son acciones que no cuestan plata, pero tendrán impacto directo en la reputación de la ciudad, como un lugar amable para el visitante. La crítica más común que hacen los turistas es que en Arica no hay mucho que hacer. ¿No sería lógico incentivar a la industria de la entretención? Basta con ir facilitando trámites y eliminando restricciones.

La estrategia de desarrollo no sirve de nada si se queda sólo en un discurso impreso en papel couché decorado con fotos de paisajes y autoridades. Hay que convertir el discurso en acciones. Y muchas acciones pequeñas que se van acumulando resultarán más efectivas, a la larga, que esos proyectos gigantescos que nunca se materializan. Ojalá surgieran muchas más ideas sencillas y factibles para mejorar el turismo, pero sobre todo, ojalá se materializaran, no cuestan nada y tenemos mucho que ganar con ellas.

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