sábado, 7 de mayo de 2011

Cuidemos la imagen

Si queremos consolidarnos como ciudad turística, aunque sea de paso, existe un intangible que la ciudad ofrece al visitante: es la primera impresión que se forma con las pequeñas experiencias que tiene el turista en su visita. Si un taxista trata de engañarlo quedaremos marcados como una ciudad de ladrones, si lo ayuda desinteresadamente siempre nos recordarán como un lugar de gente amable y honesta. La primera impresión es imborrable.


“Arica es la ciudad de la eterna basura” me dijo un amigo norteamericano, frente a una gran pila de bolsas negras amontonadas en una esquina del centro. Eso es una imagen que no se borra con campañas publicitarias ni con declaraciones, la única forma es destinar dinero para que la basura se recoja apenas salga a la calle, o repintar los muros apenas aparezca un grafitti. Todos dicen que Alemania es un país muy limpio, cuando estuve allá para donde uno mirara había un trabajador limpiando o recogiendo basura, la explicación es que a ellos les molesta la mugre y están dispuestos a gastar para mantener todo muy limpio. Acá parece que no le molesta a nadie.

Con los residuos de Promel, aparte del drama de las familias contaminadas, también se ha producido un perjuicio enorme de imagen para Arica como un lugar altamente contaminado, aunque en realidad somos bastante más saludables que la mayoría de las demás ciudades. Igual que con la basura, la imagen no mejora con declaraciones, acusaciones ni menos con encubrimiento, eso es lo peor que se puede hacer. Cuidemos la imagen, que es lo más valioso que tenemos para el futuro.

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