sábado, 7 de mayo de 2011

Memoria de pez

Que buena noticia de los 600 subsidios habitacionales, es la primera medida significativa a favor de las familias afectadas por polimetales. Con esto comienza la erradicación después de muchos años de brutal indiferencia, no solo de las autoridades políticas sino que de toda la ciudad, porque nunca fuimos suficientemente solidarios con las víctimas como debió haber sido. Creo que nadie debería tomarlo como un asunto político, es algo humanitario y todos debiéramos estar felices con el anuncio.

Nuestra indiferencia hacia los problemas ambientales ha permitido que ocurran esos abusos sin que nadie se inmute. Tenemos memoria de pez y ya nadie recuerda que en los ochentas un avión estuvo rociando la ciudad con insecticidas durante todo un año. El manejo de la basura siempre ha sido deficitario, nuestro vertedero es malo, por decirlo de manera diplomática. También se nos olvidó que botamos las aguas servidas al mar en la ciudad más árida del mundo.

Ahora muchos aplauden la desafección de áreas protegidas para la explotación minera, cuando en la quebrada de Copaquilla todavía están botados los residuos de una empresa minera de triste recuerdo. ¿Nunca aprenderemos? Si los responsables de todos estos daños andan tranquilos y más prósperos que nunca ¿qué impedirá que vuelvan a hacer lo mismo ahora? Nuestro gran capital es el turismo, que mantiene al transporte, comercio, hoteles y restaurantes de la ciudad, más una infinidad de pequeños servicios sin necesidad de subsidios, pero la amnesia ariqueña es fuerte. Bien podríamos estar matando la gallina de los huevos de oro.

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